Una casa segura para tu bebé
Los padres nos pasamos el día alertas y pendientes de que nuestros pequeños no sufran ningún daño. Su bienestar y su seguridad son nuestra mayor prioridad, sin embargo, es imposible controlarlos en todo momento. Por eso, y para estar tranquilos dentro de casa, podemos recurrir a multitud de accesorios que preserven a nuestro bebé de los peligros que le acechan en el hogar.
Al principio, cuando aún ni gatean, es un poco más sencillo tenerles controlados, pero aún así no está de mas echar mano de los siguientes ‘aliados’.
Cojín antivuelco: durante los primeros meses un cojín antivuelco es útil para que el bebé, una vez acostado, no se dé la vuelta solo. Dormir boca arriba previene la muerte súbita y la plagiocefalia (la deformación del cráneo, que se puede producir por dormir siempre en la misma postura).
Sábana fantasma: se trata de una sábana elástica que dispone de unas aberturas por las que se mete al bebé. Cuando le acostamos, es como si se pusiera una camiseta, pero lo que se ‘pone’ es la sábana, que queda perfectamente fijada al colchón. Así, gracias a la elasticidad, el niño tiene libertad de movimientos, pero a la vez está siempre tapado y no se puede ‘enrollar’ con la sábana.
Sus primeros pasos, seguros
Alrededor de los ocho meses empezará a gatear, y entonces no habrá que estar atentos tan sólo a la cuna o al cochecito. Sin que nos demos cuenta, en cualquier momento nuestro pequeño puede ponerse de pie o aparecer en la otra punta de la casa explorando cualquier rincón. Para esta etapa conviene aumentar los elementos de seguridad en casa. Dependiendo del estilo de nuestro hogar y de nuestras necesidades, estas son algunas de las mejores opciones:
Barrera para la cama: los primeros meses en la cama resultan un poco difíciles, hasta que el niño se acostumbra. Puede ocurrir que en sueños se muevan y se caigan de la cama, o que se despierten asustados y al intentar bajarse se tropiecen… Para evitar estos sustos, existen barreras protectoras que previenen las caídas.
Cámara vigilabebes: si nuestro hijo es especialmente inquieto (o travieso), si lo cuida una persona ajena a la familia o si simplemente queremos tenerle siempre controlado, podemos instalar en su habitación una cámara, que nos permitirá estar en otra habitación y a la vez tener un ojo puesto en el pequeño.
Amortiguadores de esquina: para sus primeros paseos por la casa, cuando aún no mantienen del todo bien el equilibrio, resultan muy útiles los amortiguadores o protectores de esquina. Sin ellos, las esquinas de las mesas, por ejemplo, pueden convertirse en una brecha tras una mala caída o un tropiezo.
Protector de enchufes: meter los dedos en el enchufe es uno de los mayores atractivos que una casa ofrece para un niño, y es también una de las experiencias más dolorosas que pueden tener. Prevenir esa “curiosidad” es muy sencillo utilizando protectores en los enchufes que, por altura, queden a su alcance.
Cierre de seguridad para armarios: esa misma curiosidad infantil es la que les mueve a abrir armarios y cajones para descubrir el maravilloso mundo que se esconde en su interior. Lo malo es que muchas veces terminan pillándose los dedos o quedándose encerrados. Usando un cierre de seguridad podemos desviar su atención hacia atractivos menos peligrosos. Es especialmente importante usar cierres de seguridad para cajones en aquellos en los que guardemos objetos punzantes (cuchillos de cocina), demasiado pesados, como las herramientas o peligrosos como los productos de limpieza.
Puerta de seguridad: resulta sobre todo útil para las casas con escaleras, para evitar que el niño pueda acercarse demasiado y caerse. Pero también se puede usar para cerrar algún pasillo, la puerta de la cocina, o cualquier zona en la que, por lo que sea, no conviene que entre el pequeño.
Alfombras: no es imprescindible, pero los primeros pasos de los bebés suelen terminar en caídas. Una alfombra mullida puede amortiguar el golpe y, además, proporcionar un cálido ‘campo de juegos’.
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